Hakuna Matata

Me gusta llamarme Juan Pablo pero reniego de mi nombre cuando tengo que pasar migración con los gabachos. Soy miembro VIP del cuartito amarillo de todos sus aeropuertos. Al parecer gracias a algún bad hombre con quien comparto nombre y apellido (sigo sin entender de que sirven las huellas digitales). Y en está ocasión, estaba particularmente vulnerable ante las preguntas habituales del agente migratorio: dirección en México? Mmmm…trabajo? Mmmm...Fecha y vuelo de regreso? Mmmmm…Sólo tenía respuesta concreta para la pregunta sobre dónde me iba a hospedar, pero tampoco creo que decir que en casa de mi hermano ayudara mucho. Afortunadamente, fueron solo mis miedos y pasé migración como Juan (González) por su casa.

La bienvenida no pudo ser mejor. Lisa y Bernie me recogieron (y esperaron un buen rato a que saliera) en el aeropuerto. Bernie venía con el engaño que iban a recoger un paquete pequeño. Lo sigue esperando. Ya en casa, Lía me deleitó con el piano que toca muy bien y Benji se deleitó dándome una paliza en el futbolito de mesa, la más reciente adquisición del cuarto de juegos (y cantina por la noche). Tuve una probadita del sueño americano en el jacuzzi del deck, rodeado de nieve, con mis sobrinos. Y cerramos la noche, ya con Fer de regreso de su nueva chamba, con un fondue muy bueno que preparó Lisa y para no perder la costumbre unos whiskeys y una plática muy a gusto. Le dije a Fer que he probado mejores whiskeys, pero fue sólo para que no se confíe. Estuve tan a gusto que consideré pedir asilo político.

P.D. Los australianos no fueron tan fáciles de esquivar y rechazaron mi solicitud de visa. Al fin que ni quería. Lo único que lamento es que las fechas podían coincidir para encontrarme con Diego y CLo

jpgonzalezambia

16 chapters

15 Apr 2020

Bad hombre en camino

March 15, 2017

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Washington D.C.

Me gusta llamarme Juan Pablo pero reniego de mi nombre cuando tengo que pasar migración con los gabachos. Soy miembro VIP del cuartito amarillo de todos sus aeropuertos. Al parecer gracias a algún bad hombre con quien comparto nombre y apellido (sigo sin entender de que sirven las huellas digitales). Y en está ocasión, estaba particularmente vulnerable ante las preguntas habituales del agente migratorio: dirección en México? Mmmm…trabajo? Mmmm...Fecha y vuelo de regreso? Mmmmm…Sólo tenía respuesta concreta para la pregunta sobre dónde me iba a hospedar, pero tampoco creo que decir que en casa de mi hermano ayudara mucho. Afortunadamente, fueron solo mis miedos y pasé migración como Juan (González) por su casa.

La bienvenida no pudo ser mejor. Lisa y Bernie me recogieron (y esperaron un buen rato a que saliera) en el aeropuerto. Bernie venía con el engaño que iban a recoger un paquete pequeño. Lo sigue esperando. Ya en casa, Lía me deleitó con el piano que toca muy bien y Benji se deleitó dándome una paliza en el futbolito de mesa, la más reciente adquisición del cuarto de juegos (y cantina por la noche). Tuve una probadita del sueño americano en el jacuzzi del deck, rodeado de nieve, con mis sobrinos. Y cerramos la noche, ya con Fer de regreso de su nueva chamba, con un fondue muy bueno que preparó Lisa y para no perder la costumbre unos whiskeys y una plática muy a gusto. Le dije a Fer que he probado mejores whiskeys, pero fue sólo para que no se confíe. Estuve tan a gusto que consideré pedir asilo político.

P.D. Los australianos no fueron tan fáciles de esquivar y rechazaron mi solicitud de visa. Al fin que ni quería. Lo único que lamento es que las fechas podían coincidir para encontrarme con Diego y CLo

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