Llego a mi asiento de Air New Zealand para el vuelo de Houston a Auckland y me encuentro que estoy en medio en el centro del mero centro del gigantesco avión. La cosa no pintaba bien pero tuve suerte y la azafata se dio cuenta que si no me enterraba la rodilla en la mandíbula sólo sería por falta de elasticidad; sin pedirlo me cambió a una salida de emergencia sin nadie enfrente. Un buen inicio, además aproveché para ponerme al corriente con las películas del momento (Lion me gustó mucho) que desde Rocky IV no lo hacía.
Desde que sales de aeropuerto de Auckland todo es verde y montañoso. Aflojé la cartera y, tomé un taxi a mi primer Airbnb y me recibió Jo, una Kiwi (no un fruta, si no una neo zelandesa) como de mi edad y también como de mi altura. Los dos nos sorprendimos de nuestra altura, ella no esperaba un mexicano tan alto. Yo no comenté nada al respecto. Muy buena onda, bonita letra, fotógrafa. Su casa tiene mucha onda y aunque está muy céntrica no te sientes en una ciudad de más de un millón de habitantes. De hecho, es una ciudad muy extendida con pocos edificios altos y llena de árboles y de pájaros que cantan cuando pasas (de ahí el nombre, Auck es un tipo de pájaro) y me imagino que también cuando no pasas. Más tarde me contó un amigo constructor de Jo que el suelo en el centro de Auckland es roca volcánica y que eso hace difícil excavar para construir edificios, por eso es una ciudad chaparra. Ese fue mi introducción al tema siempre presente de los volcanes en Nueva Zelanda. Resulta que las islas se formaron hace millones de años por erupciones volcánicas. Y los maories (pre-británicos) que llegaron hace no mucho (800 años) se establecieron cerca de los cráteres de los volcanes porque la tierra es más fértil. De todo esto me enteré en War Memorial Museum, que vale mucho la pena, y después subí para corroborarlo a Mount Eden que es el cráter de uno de los volcanes desde donde se ve toda la ciudad. Bonita ciudad, en la que llueve mucho, y en cualquier momento, para mantenerse verde, y hay que echarle ganitas a las subidas.
El nombre original de los nativos significa nuble blanca y ciertamente describieron bien su tierra. La humedad género un auténtico archipiélago de la abundancia donde llegaron muchas aves y no requirieron evolucionar mucho más allá. Tan generosa es la naturaleza en estas tierras que no se cumplió la ley de la evolución de la supervivencia del más apto. Ningún animal evolucionó en depredador. Hasta la llegada del hombre. Y aún en estos tiempos la supervivencia no parece ser una preocupación para nadie. Mientras que muchos países tenemos aves de presa como símbolo, es interesante que el animal emblemático de NZ es el Kiwi, un pájaro indefenso, se podría decir que una gallina hipster.
Los primeros habitantes fueron los polinesios que a su vez venían del Sudeste asiático, navegando en canoas brincando entre islas para huir de las aglomeraciones del sudeste asiático. Pues ya están reclamando a los ingleses lo que fue suyo. Similar a lo que está pasando con los mexicanos en Estados Unidos. Mucha población sudasiática (y la mejor comida Kiwi es la Thai, aunque estoy sesgado). Por lo demás, aunque son chocantes las comparaciones, es verdad que es un San Francisco chiquito. Tiene todo lo que puedes esperar de una ciudad occidental de primer mundo, un tipo Soho, un tipo Uper East y un tipo Midtown. Lo especial es el mar con la marina y el puerto, los árboles en las calles y en los parques y los volcanes que vigilan la ciudad desde lo alt0. Es una ciudad cara, fácilmente al nivel de Londres. Y si bien tiene gente y comida de todas partes se sigue sintiendo muy inglés, mucho más inglés que Londres.
jpgonzalezambia
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15 Apr 2020
March 25, 2017
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Auckland
Llego a mi asiento de Air New Zealand para el vuelo de Houston a Auckland y me encuentro que estoy en medio en el centro del mero centro del gigantesco avión. La cosa no pintaba bien pero tuve suerte y la azafata se dio cuenta que si no me enterraba la rodilla en la mandíbula sólo sería por falta de elasticidad; sin pedirlo me cambió a una salida de emergencia sin nadie enfrente. Un buen inicio, además aproveché para ponerme al corriente con las películas del momento (Lion me gustó mucho) que desde Rocky IV no lo hacía.
Desde que sales de aeropuerto de Auckland todo es verde y montañoso. Aflojé la cartera y, tomé un taxi a mi primer Airbnb y me recibió Jo, una Kiwi (no un fruta, si no una neo zelandesa) como de mi edad y también como de mi altura. Los dos nos sorprendimos de nuestra altura, ella no esperaba un mexicano tan alto. Yo no comenté nada al respecto. Muy buena onda, bonita letra, fotógrafa. Su casa tiene mucha onda y aunque está muy céntrica no te sientes en una ciudad de más de un millón de habitantes. De hecho, es una ciudad muy extendida con pocos edificios altos y llena de árboles y de pájaros que cantan cuando pasas (de ahí el nombre, Auck es un tipo de pájaro) y me imagino que también cuando no pasas. Más tarde me contó un amigo constructor de Jo que el suelo en el centro de Auckland es roca volcánica y que eso hace difícil excavar para construir edificios, por eso es una ciudad chaparra. Ese fue mi introducción al tema siempre presente de los volcanes en Nueva Zelanda. Resulta que las islas se formaron hace millones de años por erupciones volcánicas. Y los maories (pre-británicos) que llegaron hace no mucho (800 años) se establecieron cerca de los cráteres de los volcanes porque la tierra es más fértil. De todo esto me enteré en War Memorial Museum, que vale mucho la pena, y después subí para corroborarlo a Mount Eden que es el cráter de uno de los volcanes desde donde se ve toda la ciudad. Bonita ciudad, en la que llueve mucho, y en cualquier momento, para mantenerse verde, y hay que echarle ganitas a las subidas.
El nombre original de los nativos significa nuble blanca y ciertamente describieron bien su tierra. La humedad género un auténtico archipiélago de la abundancia donde llegaron muchas aves y no requirieron evolucionar mucho más allá. Tan generosa es la naturaleza en estas tierras que no se cumplió la ley de la evolución de la supervivencia del más apto. Ningún animal evolucionó en depredador. Hasta la llegada del hombre. Y aún en estos tiempos la supervivencia no parece ser una preocupación para nadie. Mientras que muchos países tenemos aves de presa como símbolo, es interesante que el animal emblemático de NZ es el Kiwi, un pájaro indefenso, se podría decir que una gallina hipster.
Los primeros habitantes fueron los polinesios que a su vez venían del Sudeste asiático, navegando en canoas brincando entre islas para huir de las aglomeraciones del sudeste asiático. Pues ya están reclamando a los ingleses lo que fue suyo. Similar a lo que está pasando con los mexicanos en Estados Unidos. Mucha población sudasiática (y la mejor comida Kiwi es la Thai, aunque estoy sesgado). Por lo demás, aunque son chocantes las comparaciones, es verdad que es un San Francisco chiquito. Tiene todo lo que puedes esperar de una ciudad occidental de primer mundo, un tipo Soho, un tipo Uper East y un tipo Midtown. Lo especial es el mar con la marina y el puerto, los árboles en las calles y en los parques y los volcanes que vigilan la ciudad desde lo alt0. Es una ciudad cara, fácilmente al nivel de Londres. Y si bien tiene gente y comida de todas partes se sigue sintiendo muy inglés, mucho más inglés que Londres.
1.
Bad hombre en camino
2.
Toronto familiar
3.
La tierra del pájaro Auck
4.
Entre bahías y tratados
5.
Una Madre Tierra explosiva
6.
Medio maratón alpino
7.
Despedida de la Isla Norte
8.
Los sorprendentes glaciares
9.
El otro fin del mundo
10.
Bye bye primer mundo
11.
En persa
12.
Where is Saguii
13.
El imán del desierto
14.
Aquí habló Zaratustra
15.
Cosmopolitanismo islámico
16.
El ascenso rompequinielas
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