Los sorprendentes glaciares

El ferry me dejó en Picton ya en la Isla Sur. Tan pronto sales del ferry el paisaje es de montañas y viñedos a sus faldas. Es la región de Marlborough donde se concentra el 70% de la producción de vino de NZ. Hice una parada para conocer uno de los pueblos pero no me animé a hacer la cata, ya en Wellington había catado suficiente. Entre paradas en lagos de la reserva Nelson y las reparaciones del camino crucé de este a oeste la isla y llegué en la noche a Westport que sonaba bien pero que es como un pueblo perdido de Texas (en 3 semanas ya me hice muy exigente). Un pueblo minero e industrial. Me quedé en el único hotel que se veía con vida a las 8pm.

Me levanté temprano con ganas de salir de Westport lo antes posible y llegar a algo interesante. La lluvia desanima un poco pero se compensa con las vistas de la costera. Hice una parada en los pancake rocks (punakaki) que están padres. Y seguí el camino hacia los glaciares de la west coast. Bastante cansado llegué al hostal. No paraba de llover. Pero me dijeron que valía la pena visitar el glaciar. Y fue una excelente recomendación. El glaciar de Franz Josef es una maravilla. Es impresionante como en un bosque sub-tropical caminas 3 km y te topas con un glaciar. Para llegar pasas en medio de montañas y a un lado de los ríos con aguas de deshielo. Es una cuenca que recibe una enorme cantidad de nieve en lo alto de las montañas, lo que crea el glaciar y lo mantiene vivo a pesar de que todos los días en la parte de abajo se derrite una parte. Me hizo el día junto con la sopa caliente del hostal. Además pude probar la

ropa y los tenis a prueba de agua que me recomendó Wally para el Kilimanjaro.

Con la motivación del día anterior, me levanté temprano para ir al glaciar de Fox que esta cerca de Franz Josef. Contra los pronósticos, no llovió, solo estuvo nublado. Fue buena suerte porque en esta zona llueve mucho y gracias a eso se forman los glaciares. Está muy padre también pero por ser el segundo no tiene el mismo impacto. Y después fui a Lake Matheson que en un día despejado refleja las montañas y los glaciares sobre sus aguas inmóviles. En mi visita se reflejaron las nubes pero valió la pena. Y cerré el día en los hot pools buscando repetir la experiencia de Rotorua pero nada que ver, las de Franz Josef son más bien jacuzzis, que en retrospectiva es obvio porque no hay aguas termales. Día completo.

Lo único malo de estos días es que mi IPhone casi nuevo colapsó de una forma muy extraña. Tomó vida propia y borró casi todas las fotos de los glaciares. Que poca madre. Ya no es lo mismo desde que Steve colgó los tenis. Y yo que deje mi PC.