Hola,
Este blog escribo para los argentinos… Me preguntaron muchas veces por qué no escribí mi blog en español y mira, ¡ahí esta! El último blog lo será gracias a todas las personas que hicieron mi intercambio justo como quería que fuera. Bueno, ¡ahí voy! El tiempo se fue volando y no puedo creer que ya es hora de decir adiós a esta hermosa aventura… Tengo miles de historias que contar a mis nietos ahora, jaja. Fue una experiencia con la que aprendí un montón. No solo he conocido una cultura diferente, aprendí a hablar un nuevo idioma, comí cosas distintas, fui a una escuela que no tiene nada que ver con las escuelas belgas, aprendí un deporte que casi no se practica en Bélgica (hockey) y mucho mucho más… También crecí bastante y me fui conociendo a mí misma. Me enamoré de este país maravilloso. La Argentina siempre estará en mi corazón junto con la gente que conocí acá. Además quiero decir gracias. Especialmente a mi familia anfitriona que poco a poco fue una familia de verdad. Sé que siempre puedo contar con ellos y han tenido mucha paciencia conmigo. Me explicaron y me enseñaron todas las cosas que desconocía. También quiero decir gracias a mis amigos por darme tantos lindos momentos. Gracias por las risas, por las cenas, por las pijamadas, por el intento en hablar inglés en el principio, por las preguntas de mi país y cultura, por los abrazos y simplemente por todo el amor que me dieron. También estoy agraciada a todos los chicos del intercambio. Nunca importó de donde veníamos o cuáles eran nuestros orígenes siempre hablamos y compartimos nuestros obstáculos y nuestras experiencias. ¡Tengo amigos de todo el mundo y eso me hace muy feliz! Simplemente estoy contente que haber conocido tanta gente en este camino. Obviamente también tenía tiempos difíciles… No todo puede ser perfecto. Pero después la tormenta siempre sale el sol, ¿no cierto? Igual las luchas valen la pena y solo te da más fuerza. Es increíble cómo voy a extrañar a todo lo que tengo acá. Los saludos en la calle, los abrazos y besos, la comida riquísima, el sol que siempre brilla, la fiaca que tenía en la escuela (y nadie que me retó), las caminatas por la costanera, compartir un bien maté o un terere de limón, jugar chinchón, jodete o truco con mis compañeros, los boliches locos, los asados en el finde, cagar de risa todos los días, y los argentinos (quienes siempre tienen buena onda). Mi vida argentina fue muy linda pero igual un poco irreal. Fue como un sueño y creo que es hora de despertarse ahora. Nunca voy a olvidar a la tierra colorada de Misiones ni al país más hermoso del mundo. Me duele mucho tener que dejarlos, pero sé que no es un adiós sino un hasta pronto. ¡Gracias por todo y los quiero con todo mi corazón! Nos vemos mi querida gente, ya volveré. ¡Hasta siempre Argentina mía!
Con mucho cariño,
Mari